CCOO y UGT prevén que Trabajo no llegue a esa cifra y la CEOE exige una congelación salarial. El Gobierno tomará una decisión definitiva tras convocarles a una reunión los próximos días.
Se acerca el final del año y con él la tradicional subida del Salario Mínimo Interprofesional. Tras varios ejercicios de fuertes aumentos, el posible alza del SMI estará marcado este año por la pandemia del coronavirus. A falta de tres semanas para concluir 2020, los sindicatos y la patronal aún deben sentarse con el Gobierno para abordar la subida de la que están pendientes la franja de trabajadores con los sueldos más bajos.
La última palabra la tiene el Ejecutivo y lo que digan patronal y sindicatos no es vinculante. Sin embargo, comienza a cundir la opinión de que el alza del SMI podría no servir para alcanzar la barrera de los 1.000 euros. En cualquier caso, el ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz evita expresar cualquier postura y no tomará una decisión hasta escuchar a los agentes sociales. «El programa de gobierno no habla de años concretos, escucharemos a la mesa y en base a eso, decidiremos», zanjan fuentes consultadas por LPO. El Gobierno se comprometió en su acuerdo de investidura a elevar el salario mínimo a 1.200 euros y actualmente se sitúa en 950 euros al mes, en catorce pagas.
El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, quiere convocar en los próximos días la mesa del diálogo social y la UGT presiona ya públicamente para alcanzar los 1.000 euros. Por su parte, Comisiones Obreras (CCOO) se limita a exponer que no aceptará una congelación del salario mínimo. Eso es precisamente lo que preferirían desde la patronal CEOE, donde con la actual situación que atraviesan miles de empresas ven con preocupación lo que puede acarrear un nuevo incremento del SMI.
Los dos grandes sindicatos aún tienen que pactar la posición común que van a exponer al Ejecutivo. «En los convenios colectivos con la CEOE estamos firmando convenios en una media del 1,5% de subida salarial en 2020 y no se justificaría la congelación de los salarios de las personas que menos ganan en nuestro país», exponía este mismo miércoles Unai Sordo.
El líder de CCOO asegura que su sindicato no está dispuesto a aceptar que no se toque este año el SMI cuando existe «el compromiso del Gobierno de elevarlo a lo largo de la legislatura hasta el 60% del salario medio de España, que se situaría en los 1.100 euros». En privado, fuentes del sindicato consultadas se muestran conscientes de que será complicado presionar para que se acometa una subida que supondría un alza del 5%, como el aprobado el pasado año. En 2019 tuvo un incremento inédito del 22,3%.
Fuentes de UGT también exponen que los 1.000 euros son «la posición inicial» que plantearán en la negociación, aunque reconocen que «el Gobierno no tiene obligación de negociar». Creen, sin embargo, que en todo caso el SMI debe subir para seguir la senda» iniciada «con el último Gobierno del PP y que «se ha visto acelerada con el primer Gobierno de Pedro Sánchez y ahora por este». «Me perece que es absolutamente imprescindible que los salarios suban. El SMI afecta a las personas que menos tienen en nuestro país», señalaba también este miércoles Pepe Álvarez.
CEOE: «No es el mejor contexto»
Fuentes de la patronal creen que en un momento en que se está «hablando de restructuraciones de empresas, de avales, de extender los ERTE y de posibles ayudas directas, no es el mejor contexto» para impulsar una nueva alza salarial. En cualquier caso, recalcan que «aún no se ha planteado nada y que se valorará cuando toque». El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, sí se mostró públicamente contrario al aumento en un momento con 750.000 trabajadores acogidos a los ERTE. Diversas fuentes mencionan que el alza podría quedarse en un tímido 0,9%, correspondiente a la previsión de la inflación y que se ha adoptado para los funcionarios.
«En los últimos cuatro años, el salario mínimo ha subido el 45%, creo que ese es un dato que hay que tener presente. En estos momentos, el salario mínimo afecta posiblemente a esos sectores que calificaba de más vulnerables: agricultura, hostelería, comercio… Son sectores que están destrozados. Y a la vez, este año la inflación va a ser negativa, de casi un -1%, lo que significa que esos salarios van a tener mayor capacidad adquisitiva. Por tanto, nos parece que no es el momento de hablar de subidas», expuso en una entrevista en La Vanguardia.
[Fuente www.lapoliticaonline.es]